Me mantuve de perfil bajo. Entre por el pasillo a paso lento , pero firme. El tintineo de las ebillas en mis borcegos se hacian notar con cada movimiento que hacia con ellos. Era bastante entraño que un shinobi no llevara las tipicas sandalias ninja , pero , para simplificar las cosas , yo era bastante extraño. Nunca habia seguido las recomendaciones de mis superiores. Ni si quiera las de mi padre. Tenia que admitirlo , el era una persona bastante... delisiosa?
Si , ese es el adjetivo que debia utilizar para describirlo. Su jugoza carne y cartilagos todavia... todavia podia sentirlos en mis dientes. Ese crujir , solo me hacia dar ganas de seguir comiendo.
Una parte de mi blancuzco cabello tapaba uno de mis ojos. El que estaba destapado era de un negro muy profundo. Solo cambiaba de color cuando el sharingan era activado en el. Un efecto bastante impresionante de hecho.
A pesar de mi apariencia , la de una persona delgada , tenia una fuerza hiper-humana. Bastante engañoso , lo se.
Abri lentamente la puerta de la oficina , para encontrarme con dos ninjas de ojos celestes.
Quede en silencio como era muy abitual en mi. Por lo general no hablaba con nadie. Ademas la mascara que tapaba completamente mi boca , unida con un cierre , impedia , aunque quisiese , que pudiera hablar.
Segui avanzando lentamente , para sentarme en una silla que se encontraba al lado derecho de la sala.
Acto seguido , cruce una pierna sobre otra y apoye mis manos sobre la rodilla mas elevada. Luego dirigi mi mirada hacia los ninjas.
Gracias al dibujo en mi mascara (el de unos dientes blancos sonrrientes) , aquella vista era bastante incomoda para cualquiera que me mirase.

Ya me estaba aburriendo. Aquellos ninjas eran tan... se veian tan deliciosos.
Comenzaba a pensar en el gusto que tendria aquella suave carne de la chica. Por su apariencia era menor de edad, aunque no lo sabia por seguridad. Mientras mas pequeños eran , mas tierna era su carne. La verdad me sorpendia lo desalmado que podria ser aveces.
De repente la mujer , la que parecia la Mizukage , me nombro el C.Anbu.
El tener un nuevo rango, me daria un mejor sabor?
Sonrrei debajo de la mascara.
Luego escuche la propuesta de la mujer para responderle con unos movimientos espasmodicos con la cabeza.
Nunca estuve bajo el mando de nadie , es mas nunca respete la autoridad. Pero ella me agradaba de alguna forma. Quizas debia de tener un sabor dulce , si quiza eso debia ser.
Me incorpore y espere a sus ordenes agachandome y colocando una rodilla en el suelo junto con mi puño derecho.

Durante varias horas uno de los bares cercanos al centro de la aldea le sirvió al peliverde como descanso, tomo algo de sake y comió como nunca, aunque ni tan siquiera tuviese dinero para permitírselo y luego tuviera que escabullirse sin pagar. No empezaba bien su regreso por la aldea, pero recuperar las fuerzas era su máxima prioridad ahora. Ya que había estado tanto tiempo fuera pensó pasarse por la Oficina a saludar a Shikamaru, asi que dirigió sus pasos en esa dirección, cambiando algo su aspecto a como era antes pues el envejecido cuerpo de Obito no le hacia bien. Mientras subia los escalones notaba como su cuerpo pesaba mas de lo normal y a pesar de reponer sus fuerzas se encontraba con una fatiga constante, aparte algunos recuerdos de cuando era Kage venían a su mente, observo el edificio y sus paredes, estaba muy cambiado desde que se fue. Llegó a la puerta donde pudo escuchar el murmullo de varias personas al otro lado, pero sin enterarse de la conversación, el solo toco un par de veces para luego pasar sin mas, sorprendiendose algo al ver la situación en la cual una chica joven estaba sentada en lo que antes era la silla del Mizukage, rodeada de otros dos sujetos, uno de ellos con una extraña mascara que cubría todo su rostro. - Ah... Emm disculpad si interrumpo algo... Creo que me confundi, ¿La oficina del Mizukage? - Pregunto el espadachín mientras sacaba su cabeza fuera del marco de la puerta para cerciorarse del rotulo.


Pv: 10
Ck: 1600

Sting se encontraba en lo alto de un edificio de kirigakure desde donde podia divisar toda la aldea, aquella que no conocia pues, en esta aldea no habia crecido pero si lealtad a ella, despues de todo sus padres era shinobis nacientes de la aldea que partieron hacia otras aldeas trabajando como espias  para kirigakure, una de aquellas aldeas era suna y despues kumo adaptando su chakra  y sus elementos a ellos como si fuera caracteristico del lugar para no levantar sospechas, al regreso de su aldea no conocia mucho de aquel lugar que era su verdadera casa.Pensando en lo que haria ya que finalmente estaba en casa, penso en lo primordial presentarse ante su kage y brindar sus servicios para comenzar con sus travesias, inmendiatamente salta de aquel edificio en el que se encontraba al llegar al suelo empiza a correr hacia donde se encontraba el edificio al entrar en aquel lugar y al ubicarse frente a la puerta abre la puerta sin golpear, ni dar previo aviso de su presencia, entra bociferando y tirando confeti.

-Buenas mizukage-sama, yo soy sting y estoy aqui para servirle-despues de hablar se da cuenta de que habia mas gente de la que esperaba, y empiza a sonreir poniendo su mano en la cabeza...

La joven hacia algo de caso omiso al peliverde para retomar algo, tomando algo de su escritorio. Mientras el muchacho que portaba lo que a primera vista parecía la Shibuki, se percato del arma que llevaba a sus espaldas y de su procedencia como una de las legendarias espadas de kirigakure, a lo que Zoro simplemente afirmo con la cabeza. Ya se había nombrado otro espadachin en la sala y por lo que observo tras la confirmación de que se trataba de la Mizukage, los tres eran portadores de las armas legendarias. - Asi que Shikamaru se retiro... - Susurro el peliverde. Escuchando lo que decía la actual Kage, que parecía tener algo planeado para los presente en la sala. Ademas ahora otro sujeto se dejaba caer por la sala marcándose una entrada de lo mas alocada, que haría echarse a un lado al peliverde que permanecía instantes antes en el centro de la habitación. - Se siente extraño recibir ordenes de alguien tan joven -
Respondía el peliverde que a pesar de su apariencia ya tenia sus años, ofreciéndose a participar en aquella propuesta. Pero se dio cuenta que ni tan siquiera se había presentado, asi que espero a que el bullicio se calmara para presentarse. - Antes de continuar... Me presentare, soy Roronoa Zoro portador de la samehada y a sus ordenes Mizukage -

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